Allá por el año 2001, se me ocurrió construir la maqueta del estadio de Independiente, mi club de toda la vida. En ese entonces, el estadio era la querida «Doble Visera». No tenía experiencia reciente en el maquetismo, más allá de lo que hacía de niño, cuando, con 10 o 11 años (allá por 1973 o 1974), solía construir parques de diversiones. En mi imaginación, eran réplicas del mítico Italpark. Usaba papel y cartón, y aunque eran simples, recuerdo que quedaban espectaculares. Lamentablemente, en aquella época no había celulares para registrar esos trabajos, pero aún los tengo presentes con mucha nostalgia.
Volviendo al 2001, terminé la maqueta del estadio y tuvo una repercusión inesperada. Me llamaron de radios partidarias y, para mi sorpresa, incluso del propio Club Atlético Independiente para que la expusiera en la sede del club. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que podía mejorar mis habilidades y convertir esto en un verdadero hobby. El boca a boca fue impresionante, y pronto empezaron a contactarme desde otros clubes para que hiciera maquetas de sus estadios. Sin embargo, como trabajaba en otra actividad y tenía poco tiempo, muchas de esas propuestas tuve que rechazarlas.
Recordé entonces cuánto me había ayudado la formación en la escuela técnica, donde aprendí a trabajar con escalas y a utilizar todo tipo de herramientas. Esos conocimientos fueron fundamentales para enfrentar este desafío, permitiéndome desarrollar las habilidades necesarias para construir maquetas cada vez más detalladas y precisas.
Decidí profesionalizarme aún más y tomé un curso de maquetismo con uno de los mejores en el rubro, Eduardo Serra. Este verdadero maestro había trabajado en proyectos increíbles, como maquetas de hoteles en Las Vegas, grandes edificios y todo tipo de obras arquitectónicas. Durante dos años inolvidables, aprendí de él técnicas avanzadas y perfeccioné este arte, lo que me permitió crecer enormemente en mi práctica.
Con el tiempo, llegaron los reconocimientos: entrevistas en medios, menciones en notas periodísticas y hasta fui destacado por la revista Pymes de Clarín como uno de los emprendedores del año. Incluso envié maquetas al otro lado del mundo, donde debían ser declaradas obras de arte para evitar costos aduaneros excesivos.
A pesar de que mi profesión principal es otra, este hobby se transformó en un negocio que no deja de crecer. Sin embargo, siempre mantengo el «freno de mano» puesto, eligiendo cuidadosamente los proyectos para que siga siendo un placer y no una obligación. Maquetismo, para mí, es arte, pasión y una forma única de materializar sueños a escala.
Nota revista Perfil – Seccion deportes
Algunas de las notas en Perfil
Hasta alli no tenia un estudio para realizar las maquetas ya que las hacia en la que fue una de las habitaciones de mis hijos.


Emprendedor del año en Revista Pymes de Clarín
En el año 2009 la revista Pymes me honra con nombrarme uno de los emprendedores del año y me hace una nota.



Eduardo Serra, mi mentor y maestro
la cueva
Mi estudio, mi bunker…
Luego de empezar a hacer las maquetas en varias zonas de la casa, finalmente en 2006 pude hacer un lugar acorde y confortable donde tengo todas mis herramientas y el clima adecuado para crear…
